La vuelta al cole es algo que pone los pelos de punta a cualquier niño desde hace décadas. En los años 80 estaba precedido por aquellos odiosos anuncios de un conocido centro comercial que advertían que el verano se acababa, y que tan solo una mochila nueva y reluciente podía compensar tan magnífica caída de ánimo. Pero, había otra indemnización para subsanar aquel despropósito que era la vuelta el cole: los bollos artesanos de la merienda. [Leer más…] acerca de Los mejores bollos artesanos para la vuelta al cole. Nostalgia de los 80 y 90
pastelería
Recetas dulces con Caramelos de Violetas
Han podido pasar muchos años, pero los caramelos de violetas siguen siendo toda una experiencia para golosos y amantes del dulce en general. Estos dulces tan tradicionales como son los churros, o las rosquillas de San Isidro, se exhiben en los escaparates de las confiterías, como Casa Mira, como si fuesen pequeños tesoros resistentes a las décadas y a los nuevos gustos.
Su distintivo color lila y su aroma floral, son un verdadero símbolo de la pastelería española, especialmente arraigada en la capital, Madrid. Desde los paseos por el Retiro hasta las estanterías de las confiterías más antiguas, los caramelos de violetas se han ganado un lugar especial en el corazón y el paladar de quienes buscan deleitarse con lo auténtico.
Origen y curiosidades de los caramelos de violetas
La historia de los caramelos de violetas se remonta al siglo XIX, cuando un confitero francés llamado Ginés Durán introdujo esta exquisita creación en Madrid. Inspirado por los campos de violetas de su tierra natal, Durán ideó una receta que capturara la esencia misma de esta flor en forma de caramelo. Desde entonces, los caramelos de violetas se han convertido en un símbolo de elegancia y tradición en la gastronomía madrileña.
Una de las curiosidades más fascinantes sobre estos dulces es su proceso de elaboración. Los pétalos de violeta se someten a un delicado proceso de maceración para extraer su aroma y sabor, que luego se combinan con azúcar para crear una masa aromática que se moldea en pequeñas piezas. Este proceso artesanal es fundamental para preservar la autenticidad y la calidad de los caramelos de violetas, asegurando que cada bocado sea una experiencia verdaderamente única.
Además de su irresistible sabor, los caramelos de violetas también poseen propiedades medicinales. Tradicionalmente, se cree que las violetas tienen efectos calmantes y relajantes, lo que convierte a estos caramelos en un regalo no solo para el paladar, sino también para el bienestar general. En tiempos pasados, se utilizaban como remedio para aliviar la tos y el dolor de garganta, añadiendo un valor adicional a su encanto atemporal.
Recetas dulces con caramelos de violetas
Más allá de disfrutar los caramelos de violetas en su forma tradicional, existe un mundo de posibilidades culinarias que explorar con este ingrediente tan especial. Desde postres elegantes hasta tentadoras golosinas, aquí presentamos algunas recetas dulces que resaltan la magia de los caramelos de violetas:
- Tarta de violetas y chocolate blanco: Esta exquisita tarta combina la suavidad del chocolate blanco con el delicado sabor de las violetas. Para prepararla, simplemente tritura algunos caramelos de violetas y mézclalos con la crema de chocolate blanco. Vierte la mezcla sobre una base de galletas trituradas y déjala reposar en el refrigerador hasta que esté firme. ¡Una delicia celestial para compartir en ocasiones especiales!
- Macarons de violeta: Los macarons son conocidos por su elegancia y sofisticación, y los de violeta no son la excepción. Para esta receta, prepara tus macarons siguiendo la receta tradicional, pero agrega un toque de esencia de violeta a la mezcla de almendra y merengue. Para el relleno, una ganache de chocolate blanco infusionada con caramelos de violetas será el complemento perfecto.
- Cupcakes de violeta y limón: Prepara cupcakes de limón siguiendo tu receta favorita y decóralos con una crema de mantequilla infusionada con esencia de violeta y ralladura de limón. Completa la decoración con un caramelo de violeta en la parte superior para un toque final perfecto.
La violeta es una flor típica de la sierra madrileña que las violeteras solían vender en las calles del centro de la ciudad durante la primavera. Así que, desde las calles empedradas de Madrid hasta tu propia cocina, sumérgete en el mundo mágico de estos dulces y déjate seducir por su irresistible aroma y sabor. También puedes visitar nuestra tienda online, allí encontrarás una gran variedad de dulces típicos madrileños que no puedes dejar de probar.
Los 4 postres más populares de Semana Santa
Se abre la veda para los golosos. En Semana Santa pastelerías y restaurantes sacan a relucir sus postres más populares. Pestiños, monas de Pascua, torrijas o leche frita no pueden faltar en cualquier fin de menú durante estas fechas. [Leer más…] acerca de Los 4 postres más populares de Semana Santa
La curiosa historia de los buñuelos de viento
Muchas veces las mejores cosas suceden por azar. Inventos inesperados que, normalmente, surgen de momentos de necesidad y que, seguramente, no hubieran resultado mejores si hubiesen sido cuidadosamente pensados.
Muchos de los platos de nuestro recetario más tradicional provienen de estas “creaciones improvisadas” donde se utiliza lo que se tiene a mano, o lo de lo único que se dispone en el momento.
El origen de los buñuelos de viento es una de esas historias en las que las cosas buenas son el resultado de un gran aprieto.
Las primeras referencias a los buñuelos de viento
Cuando no hay nada escrito, todo son conjeturas. Pero, en ocasiones, esas suposiciones pueden resultar tan apasionantes, curiosas y sorprendentes que merece la pena transmitirlas como parte de la historia.
No se sabe a ciencia cierta el origen de los buñuelos de viento, como ocurre en la mayoría de los platos populares, sin embargo, sí se tienen referencias de que los buñuelos de viento guardan tras de sí siglos y siglos de tradición.
Las primeras referencias a los buñuelos se sitúan en el siglo II, en una receta romana conocida como “globos”, en relación con el aspecto que tenía este dulce. La receta debió gustar, porque la heredaron los judíos sefardíes y, más tarde, los árabes que ocuparon la Península.
De los árabes hemos adquirido parte de nuestra cultura y riqueza gastronómica, algo que nos ha beneficiado notablemente, pero, hasta ahora, nada sorprendente.
Los buñuelos de viento. Una curiosa historia
Lo curioso nos llega desde otras referencias que apuntan a la creación de los buñuelos de viento en el siglo XI.
Cuenta la historia, que durante los años reconquista, los árabes estaban siendo asediados en un pueblo de Málaga. Las murallas protegían el pueblo y, como parte del contraataque, se colocaban sobre las almenas calderos con aceite hirviendo, con el fin de lanzárselo a todo aquel que osase trepar por la muralla.
Tras un largo tiempo de cerco por parte de los cristianos, los alimentos y la leña empezaron a escasear. Así que, uno de los panaderos del pueblo decidió hacer una torta con los ingredientes de los que disponía, es decir, harina y agua, para hacer una especie de tortas. Subió a lo alto de la muralla y las frio en el aceite hirviendo que tenían preparado contra la invasión cristiana.
El resultado debió ser un éxito porque la receta ha perpetuado en el tiempo y llegó hasta nuestros días.
No sabemos si la historia es realmente cierta, pero tampoco parece un disparate, en época de guerra puede suceder cualquier cosa. Lo que sí se sabe es que, siglos más tarde, en el siglo XVIII, el cocinero del Rey Felipe II, dejó la receta escrita en un libro de recetas que ha pasado a la posteridad, para deleite de sus sucesores reales y demás súbditos.
Los buñuelos en la actualidad
La receta de los buñuelos de viento ha ido mejorando, al igual que los ingredientes con los que se preparan. Ahora tenemos varias versiones de buñuelos: con chocolate, con crema, con canela y limón… incluso, sin relleno, que son los más consumidos en el Día de Todos los Santos.
En Cataluña tienen su propia versión de los buñuelos de viento, así como en países tan lejanos como México, India o Turquía.
Lo cierto, es que no puedes dejar de pasar por el escaparate de una pastelería sin probar alguno. En Casa Mira los preparamos de forma artesanal. No los tienes todo el año, así que aprovecha la oportunidad. Solo tienes que visitar nuestra tienda en el centro de Madrid o a través de nuestra página web, y podas probar uno de los mejores buñuelos de viento de la capital.