Hay meses que saben a cambio. Septiembre, por ejemplo. Tiene ese regusto a fin de verano, a vuelta al despertador, al reloj y a los lunes con mayúsculas. Pero también es el mes de los nuevos comienzos, de las promesas de agenda limpia y café en mano, de los propósitos que se escriben entre sorbo y sorbo. En Casa Mira lo vivimos cada año, como quien cambia de estación en un tren conocido. Con los hornos encendidos y el corazón puesto en cada bandeja, porque si algo hemos aprendido en nuestros más de 180 años de historia es que los pequeños placeres ayudan a suavizar cualquier cuesta. Y septiembre, amigo, viene con la suya. Por eso, debes conocer los dulces de Casa Mira.
Desde este lado del mostrador, te proponemos acompañar la vuelta a la rutina con esos dulces de Casa Mira de siempre, los que no fallan, los que huelen a casa y saben a pausa merecida.
Los dulces de Casa Mira para empezar septiembre
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Croissants: el desayuno que te devuelve la fe en las mañanas
Los hacemos como antes, como siempre. Con mantequilla de la buena, de esa que deja un aroma inconfundible en el horno y en el alma. Masa hojaldrada, dorada por fuera y tierna por dentro, con capas que se despegan como quien pasa las páginas de un libro que conoces de memoria pero nunca te cansas de leer.
El croissant de Casa Mira no necesita más presentación. Es el desayuno que se comparte, el que te llevas en una servilleta mientras corres al metro, o el que reservas para los domingos de mantita y café con calma. Es ese capricho que, aunque te prometas que no caerás, sabes que vas a repetir. Y nosotros encantados de seguir haciéndolos cada mañana.
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Tejas de almendra: ese crujido que te alegra la tarde
En septiembre vuelve el café de media tarde. Ese momento en que el día afloja y uno se permite un alto en el camino. Y qué mejor compañera que una teja de almendra, finita, dorada y con ese punto crujiente que suena a gloria.
Nuestras tejas se hacen con almendra marcona, clara de huevo, azúcar y el toque justo de horno. Sin más. Porque cuando un dulce está bien hecho, no necesita disfraz. Porque hay sonidos que reconfortan, como el primer sorbo de café o el chasquido de una teja bien hecha.
Son ideales para tener en casa, para llevar de regalo o para darte un homenaje a mitad de semana. Lo mejor es que aguantan bien en una lata bonita, aunque te avisamos: no duran mucho. En cuanto las pruebas, no puedes parar.
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Bombones de turrón: el antojo fuera de temporada
Siempre decimos lo mismo: ¿qué necesidad hay de esperar a Navidad para disfrutar del turrón? En Casa Mira hacemos turrón todo el año, y los bombones de turrón son uno de esos inventos que alegran cualquier lunes.
Pequeños por fuera, inmensos por dentro. Los bombones de turrón llevan lo mejor del turrón artesano: almendra, miel, azúcar y ese sabor que te transporta sin necesidad de polvorones ni villancicos. Están pensados para que puedas darte un capricho sin tener que abrir una tableta entera. Para llevar uno (o dos) en el bolso, para regalar sin excusa o para tener en el cajón del escritorio como plan de emergencia.
Tienen ese punto entre nostalgia y placer inmediato que hace que siempre quieras uno más. Y si te descuidas, alguien te los quita.
Septiembre también puede ser dulce
Volver a la rutina no tiene por qué ser un drama. Puede ser la excusa perfecta para recuperar los buenos hábitos: desayunar bien, hacer una pausa a media tarde, darse un capricho sin esperar al fin de semana.
En Casa Mira llevamos generaciones acompañando esos pequeños momentos. Con dulces que no necesitan explicación, porque están hechos con lo de siempre: buenos ingredientes, manos expertas y el deseo de hacer las cosas bien.
Así que ya sabes: si septiembre se te está haciendo cuesta arriba, vente a vernos. O haz tu pedido online y deja que te llegue a casa ese trocito de rutina que, bien mirada, también tiene su encanto.