Llega el otoño y los escaparates de las pastelerías se llenan de Huesos de Santo. Un placer que parece obedecer más al servicio de traumatología de un hospital que a un deleite gastronómico.
Sin embargo, el 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, existe la tradición de comprar Huesos de Santo desde hace siglos. Este dulce, elaborado con pasta de almendra y azúcar, ofrece una forma que nos recuerda a los pequeños huesos de un relicario, lo que le hace especialmente atractivo a los niños, golosos y morbosos.
Lo cierto, es que los Huesos de Santo son la respuesta a una necesidad histórica, como viene siendo habitual desde hace siglos, que tiene mucho que ver con la tradición cristiana.
¿De dónde vienen los Huesos de Santo?
La presencia morisca en España fue la que introdujo ingredientes tan habituales en nuestra dieta como pueden ser las almendras o la miel. Dulces tan típicos de la geografía española como son el mazapán o el turrón, provienen de aquellos años de presencia árabe en la Península (aquí podéis conocer más sobre los orígenes del mazapán). Sin embargo, la receta de los Huesos de Santo es muy posterior, del siglo XVII.
¿Quién creó los Huesos de Santo?
Dicen que mucha culpa de la invención de este postre, la tuvo un monje benedictino. Este monje, viendo que la fiesta pagana celta de Año Nuevo era a primeros de Noviembre, quiso combatirla creando la festividad cristiana del Día de Todos los Santos.
Septiembre y octubre es la época de la recogida de la almendra, de ahí que se aprovechara los ingredientes de temporada para elaborar este dulce.
Sin embargo, la primera receta que se conoce de los Huesos de Santo, es del siglo XVII, y proviene del libro “Arte de cocina. Pastelería, Vizcochería y Conservería de Francisco Martínez Montijo, Jefe de las cocinas reales de Felipe II”.
¿Existen Huesos de Santo en otros países?
En los primeros siglos tras la conquista de América, el intercambio cultural y gastronómico fue notable. Muchas de las actuales recetas más típicas españolas están elaboradas con ingredientes procedentes del Sur de América, como puede ser la patata.
Pero nosotros también llevamos a las tierras reconquistadas recetas de procedencia hispánica como fue la pasta de almendra. Así que, aunque no existen como tal los Huesos de Santo, en realidad sí que existen postres muy parecidos como las Calaveritas de dulce y el Pan de Muertos, que es muy típico en México.
¿Porqué tienen forma de hueso?
La forma de hueso, en concreto de una pequeña tibia, es para recordar a los difuntos y, al igual que otras tradiciones como Halloween, sirve para romper con el miedo que existe a los muertos o las almas en pena.
Lo cierto, es que los Huesos de Santo son un placer temporal, así que merece la pena dejar de lado la dieta, y darle un lujo al paladar con unos tradicionales y artesanales Huesos de Santo elaborados en Casa Mira.
Puedes encontrarlos en nuestras tiendas del centro de Madrid, o en nuestra tienda online.
¡No te los pierdas! Te aseguramos un placer seguro para el paladar.