Incluso los madrileños más gatos, que son pocos, desconocen la gran variedad de dulces típicos de la capital. Y, es normal, si le diéramos rienda suelta al paladar, más de uno andaría por ahí con diabetes severa, porque en lo referente a dulces tradicional de Madrid, aquí hay para empezar y no parar.
Algunos de estos dulces se elaboran durante todo el año, pero, otros muchos se elaboran por temporadas, según el santo que toque, aunque, en algunas prestigiosas pastelerías tradicionales como Casa Mira los podemos encontrar todo el año, para deleite de madrileños y turistas.
Historia de los dulces típicos de Madrid
La repostería madrileña refleja en cada uno de sus postres su multiculturalidad a lo largo de los siglos. Cada pueblo que pasó por estas tierras dejó su impronta gastronómica en los recetarios de la tierra.
Sefardís, romanos y, especialmente musulmanes, nos dejaron en herencia algunos de los placeres palatales más dulces. Después, a lo largo de los siglos, esas recetas se han ido enriqueciendo con ideas y nuevos productos de calidad convirtiéndose en recetas populares.
Los dulces más madrileños
Lo cierto, es que muchos de estos dulces típicos de Madrid, no se encuentran solo en la capital, la globalización es lo que tiene, que ahora te puedes comer unos churros en Andalucía, aunque el tiempo no acompañe, o un turrón en pleno Japón. Aún así, en pocos sitios resultan tan buenos como los dulces artesanales que encontrarás en la capital.
- 1.- Los panecillos de San Antón o panecillos del santo. No son panes, sino una especie de pastas con forma de panecillo que llevan marcada una cruz encima. La costumbre indica que hay que ir a bendecirlos el día de San Antón, el 17 de enero, a la Iglesia del santo para que nos protegiese de la peste y de otras enfermedades. Aunque un poco toscos, son muy populares a primeros de año.
- 2.- Torrijas. Dicen que proceden de la época romana, y no son algo típico ni de Madrid ni de España, ya que en otros países tienen sus propias versiones de la torrija. En nuestro país tomaron mucho protagonismo en épocas de escasez por su gran aporte calórico, y también en Semana Santa en las épocas de ayuno como la Cuaresma. Pero en Madrid han alcanzado una dimensión tan popular como la paella en Valencia, así que no te puedes ir de la capital sin probar al menos una.
- 3.- Las rosquillas del Santo. El 15 de mayo es San Isidro, patrón de Madrid, así que no verás una pastelería en cuyo escaparate no se exhiban las populares rosquillas del santo, en sus tres versiones más populares: las tontas, las listas y las de limón. Imprescindibles.
- 4.- Los churros. No importa la época que sea, los churros son tan populares que los encontrarás en casi todas las tabernas de Madrid en sus desayunos. Se trata de una masa frita y espolvoreada con azúcar, que suele ir acompañado de un excelente chocolate a la taza, aunque algunos los prefieren con café, lo importante es probarlos sea como sea.
- 5.- Pestiños y bartolillos. Los pestiños son más conocidos que los bartolillos, pero ambos son muy parecidos. Los pestiños son una masa frita a la que se le añade miel y azúcar. De origen árabe, son muy populares durante todo el año. Y los bartolillos, menos conocidos, llevan una crema en el centro.
- 6.- La corona de la Almudena. Una variación del clásico Roscón de Reyes, pero dedicado a la Virgen de la Almudena, patrona de Madrid. Se diferencian en que son más pequeñas, no llevan agua de azahar, ni frutas escarchadas, pero sí adornos en crema y almendras.
- 7.- Barquillos. Es un canutillo elaborado con una delgada pasta de harina, agua y azúcar. A veces se le añade huevo o mantequilla, canela, limón o coco. También pueden encontrarse bañados en chocolate o estar rellenos de nata, crema o chocolate. Antiguamente en Madrid los vendían los barquilleros en las ferias, aunque ahora es muy fácil encontrarlos por todas partes.
Si pasas por el centro de Madrid, puedes visitar Casa Mira, un establecimiento que vende dulces típicos madrileños durante todo el año, elaborados artesanalmente en su obrador, desde que abrieron sus puertas en 1942. Y, si no tienes la suerte de estar por la zona, siempre puedes visitar su tienda online. Te aseguramos que no te arrepentirás de dejar a un lado la dieta.