La llegada de la Navidad a veces se avisa con un olor. Ese aroma a almendra tostada, azúcar fundente, miel caliente y mazapán que se cuela por cada rincón de nuestro obrador.
En Casa Mira, la Navidad no empieza cuando lo dice el calendario, sino cuando sale el primer turrón del año del horno. Y sí, ese momento ya ha llegado.
Mientras algunos aún están quitándose el abrigo de noviembre, nosotros llevamos semanas preparando lo que, para muchos, es el sabor más esperado del año. Porque si hay un dulce que no falla, que une generaciones y que siempre está en la mesa, es el turrón.
Nuestro obrador nunca duerme

Desde hace más de 100 años, cuando arranca la temporada de turrones en Casa Mira, algo cambia en el ambiente. No es que durante el resto del año no puedas encontrar nuestros turrones artesanos, pero es que, durante las Navidades, las manos de nuestro equipo, junto con el obrador, no tienen descanso. Porque en Casa Mira, el turrón no es un producto estacional, es una forma de entender la vida, la tradición, la familia y, sobre todo, el sabor.
Sí, tenemos turrón todo el año, y no te imaginas la cantidad de gente que se lo lleva en agosto, pero cuando llega diciembre, empieza la magia. Se multiplican los encargos, se abren las cajas de fruta escarchada, se cortan bloques enormes con cuchillos que llevan décadas en el obrador y se escuchan frases como:
—»¿Has visto qué color ha cogido esta almendra?»
—»Este año el Jijona está de escándalo».
Un proceso que no entiende de atajos
¿El secreto? Ninguno. O, mejor dicho, hacer las cosas como siempre se han hecho. Con ingredientes naturales, sin prisas, y con esa mezcla de precisión y cariño que solo los artesanos de verdad saben mantener.
Los turrones de Casa Mira se elaboran a mano, uno a uno, con almendra Marcona, cuidadosamente seleccionadas, miel de calidad, yemas frescas, azúcar justo y una paciencia infinita.
Nada de conservantes ni de sabores artificiales. Solo productos de verdad. Y eso se nota.
Aquí no hay moldes industriales ni prisas de supermercado. Solo obradores llenos de historia, recetas que se respetan como si fueran joyas y el deseo de que cada turrón que sale de nuestras manos sepa a hogar.
Los clásicos que no fallan en nuestro obrador artesanal

Sabemos que cada familia tiene su favorito. Y también sabemos que hay debates internos que duran años (y cenas):
—»El de Jijona está más jugoso».
—»A mí dame el de Alicante, que se note el crujido».
—»Yo me muero por el de yema tostada».
Y claro, todos tienen razón.
En Casa Mira no pueden faltar los clásicos eternos, los que nunca fallan:
- Turrón de Jijona: blando, suave, con almendra molida y ese punto de miel que lo hace irresistible.
- Turrón de Alicante: el duro de toda la vida, con almendra entera, corte limpio y ese crujido que suena a tradición.
- Yema tostada: de los más solicitados. Suave, meloso y con esa capa caramelizada que cruje al partir.
- Frutas escarchadas: para los más clásicos y coloridos. Ideal para adornar la mesa y saborear poco a poco.
- Mazapanes surtidos: pequeños bocados que acompañan al turrón como el estribillo a una canción.
Pero también hay sitio para lo nuevo
Aunque defendemos lo tradicional, también hay quien quiere probar algo diferente. Por eso, cada año incorporamos sabores nuevos, combinaciones atrevidas y formatos especiales que complementan a los turrones clásicos.
Turrones con chocolate, con praliné, con trufa, con licor suave, con frutos secos… Eso sí, todos siguen la misma filosofía: ingredientes naturales y elaboración artesanal.
Una Navidad con sabor a infancia
Lo que más nos emociona, año tras año, no es solo hacer turrones: es ver cómo vuelven los mismos clientes de siempre. Los que vienen con su bolsa de tela, los que repiten la frase “como los de Casa Mira no hay ninguno”, los que vienen con los hijos y los nietos para enseñarles dónde empieza la Navidad.
Hay quien compra una tableta para regalar, y quien compra diez «por si acaso». Quien la guarda hasta Nochebuena, y quien no llega ni al portal de casa sin darle un bocado.
Y ahí está la magia: en que cada turrón lleva un pedacito de historia dentro, de la nuestra y de la tuya.
¿Y cuándo hay que comprar el turrón en Casa Mira?
Lo decimos sin miedo: cuanto antes, mejor.
Los turrones artesanos no se hacen en serie, y cuando se acaban… se acaban.
Así que, si tienes un sabor favorito, si eres de los que ya tiene su lote navideño pensado o si este año te toca quedar bien con suegros, vecinos o compañeros de trabajo, te recomendamos que vengas pronto.
Además, como siempre, puedes hacer tu pedido online o reservarlo por teléfono. Nosotros te lo preparamos con el mismo mimo que si vinieras tú mismo a elegirlo.
¿Y si quiero regalar turrón de Casa Mira?

Los turrones de Casa Mira son el regalo perfecto. Porque tienen sabor, tienen historia, tienen presentación cuidada y, lo más importante, se comparten. Y en eso consiste la Navidad, ¿no?
Puedes elegir entre cajas surtidas, tabletas individuales o incluso pedir un lote personalizado para tu empresa, tus clientes o tu familia. Te lo preparamos bonito, elegante y delicioso. Solo tendrás que preocuparte de no comértelo por el camino.
La Navidad empieza aquí y huele a turrón recién hecho
En Casa Mira llevamos más de un siglo haciendo turrones. Y aunque han cambiado muchas cosas, hay una que permanece intacta: la ilusión con la que empezamos la campaña cada año.
Sabemos que no es un dulce cualquiera. Es parte de la Navidad de muchas familias. Es ese sabor que te hace cerrar los ojos. Es la historia que cuentas cada año con una onza en la mano.
Así que ya lo sabes: La Navidad ha comenzado… y el turrón también.
Puedes venir a vernos a nuestra tienda de la Carrera de San Jerónimo, en pleno corazón de Madrid. Un lugar donde el tiempo parece ir a otro ritmo y donde cada dulce tiene una historia que contar. O, si lo prefieres, puedes comprar online desde la comodidad de tu sofá y dejar que el crujido llegue directamente a tu puerta.

